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14 de octubre de 2011

Religión Tibetana



La religión en el Tíbet es el lamaísmo, una forma de budismo, al menos hasta la invasión de la horda marxista-comunista.
-Quienes practican la religión se les conoce como “Internos”
-Quienes practican otras religiones se les llama externos.

La religión predominante en el Tíbet antes de la aparición del Budismo fue el Bon.

Según los historiadores tibetanos, la religión autóctona, llamada “religión de los hombres” había sido anterior al Bon y a la llegada del budismo, designados ambos como “religión de los dioses”

Las fuentes para el conocimiento de esta religión autóctona o de los hombres son relativamente escasas:
-Algunos fragmentos de mitos, de rituales y de técnicas de adivinación
-Algunas inscripciones, refutaciones de la antigua religión escrita por los budistas
 -Ciertas crónicas chinas de la dinastía T'ang. Algunas prácticas antiguas han sido asimiladas por el budismo y Bon. 

En la religión tradicional tenía un lugar de importancia primordial el rey. La naturaleza divina el soberano se manifestaba a través de su “resplandor”  y de sus poderes mágicos.

Precisamente en las tradiciones Bon, nos encontramos con un clan, Dmu, nombre que designa a la vez una clase de dioses, los que habitan el Cielo y a los que llegan los muertos subiendo por una escala o trepando por una cuerda.

Los tibetanos creen en la reencarnación y realizan ceremonias religiosas especiales para el nacimiento y la muerte.
La función ritual y mitológica de la cuerda se halla aún mejor comprobada en el Tíbet, especialmente en las tradiciones prebudistas
 El primer rey, Songtsen Gampo (v. II), está considerado como la encarnación del Bodhisattva Avalokiteshvara e  introdujo el budismo y la civilización.
Muchas costumbres primitivas del lamaísmo no proceden del bon, sino de la religión indígena del país.
La religión bon es poco conocida, y las crónicas tibetanas la describen como importada. Se cree que los sacerdotes Bon eran chamanes, pero también pudieron ser brujos tártricos.
Las técnicas del bon fueron asimiladas en el lamaísmo; brujos tantristas, sngags-pa o dbon-po, las utilizaron. Con la introducción del budismo, algunos bonpos o seguidores del bon dieron vida a una nueva o más sistemática secta bon como reacción a aquél y al lamaísmo a que dio lugar.
 
Tienen sus lugares sagrados y sus propagadores, que actúan sobre todo en las tribus de los mosso, en la frontera entre China y Tibet.
     
      Danzas y fiestas religiosas. Según J. Bacot, en el lamaísmo, el ritual mágico de las danzas con máscaras, cham, tan populares en el Tibet y descritas por los viajeros, pertenecía a la antigua religión bon. Estas danzas se crearon a propósito de las máscaras antiguas, bag, veneradas en Samye, según la historia tibetana, al igual que las estatuas. Representaban a los dioses “protectores de la religión”. Las danzas sagradas con estas máscaras evocaban la presencia de los dioses; el dios Mahákala era la divinidad central de estas ceremonias, cuyo tema consistía en la expulsión del mal, representado por una muñeca que era apuñalada y despedazada por la divinidad principal.     
Estas danzas sagradas, tan características del Tibet, a pesar de hallarse dentro del calendario religioso y del ritual del lamaísmo, tienen todavía muchos elementos de ritos antiguos prelamaicos; aparecen en todas las grandes fiestas del año religioso, sobre todo en la de Año Nuevo
La fiesta más característica del Tibet es la de Fin de Año, en la cual se trata de expulsar al mal; hay un chivo expiatorio representado por un individuo que huye de la ciudad, y se celebran danzas sagradas purificadoras en las que los danzarines se cubren con má

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